No hay nada tan imprescindible para el hombre como bailar.
Jean-Baptiste Molière

Mi tango se transforma …

Baile clásico, jazz, moderno, salsa o flamenco. En Alemania, Francia, la India o España. Bailar siempre me acompañó: fue mi pasión, mi felicidad o mi manera de conectarme con el mundo o de sumergirme en otras culturas. En 2002 el tango me trajo a la Argentina donde me retuvo hasta fines de 2017.

En Buenos Aires, viví, bailé, escribí, enseñé y traduje. Se dice que “el tango es un viaje sin retorno” y así lo viví: Seguía aprendiendo, creciendo y profundizando mi amor por este baile. Hasta hoy en día: Mi tango cambia, me lleva a nuevas experiencias, me abre caminos y me regala inesperada felicidad.