“Una milonguera no tiene estilo. En el tango, es el hombre que decide, por más vueltas que se le de. Es él, quien lleva marcando con su cuerpo, siguiendo algo que siente por dentro; la milonguera le presta atención a él y a su marca. Es la única manera para conectarse y vivir esta felicidad que da el tango. No tener estilo, para mí, significa tener la libertad de poder bailar en tantos estilos diferentes.”
Nelly Fernando, 77, Milonguera desde hace 64 años